miércoles, 26 de marzo de 2008

Quietud

Enciende el fuego
de la tarde,
descorre el polvoriento
telón de la nostalgia,
y junto a las fatigadas
brasas del día que se extingue,
tendámonos a esperar
la primera nube,
la primera lágrima
que un apenado cielo nos regale.

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