jueves, 13 de marzo de 2008

Imágenes

Cuando vemos reflejarse en la ventana el rostro
del niño que ha muerto,
y los labios no son sino el recuerdo de una palabra,
cuando nos suena a verso indescifrable
al querer escuchar lo cotidiano
y lamentamos haber perdido la huella de los senderos
que ya sólo viven en la fatigada conciencia,
pareciera que de pronto se desvanece
todo lo que amamos.

Mas aún cae la gota que tintinea en el espesor de los valles,
las ramas del tierno olivo todavía nos hablan
de historias que se niegan a morir,
aún juegan inocentes siluetas de niños
en las aguas libres del regadío,
y dos ojos verdes sueñan a la sombra
de una floreciente higuera.

1 comentario:

Chascona (Cynthia Paz) dijo...

Nada que decir, nunca te habia leido


saludos querido guardian