sábado, 14 de junio de 2008

Melancolía

Otra vez el río de la tarde pasa
sin invitarme a beber de sus aguas,
otra vez las horas son crispadas hojas
dispersas por el crudo otoño de los días
y la esperanza una copa en donde
vierto un amargo vino de soledades.

Otra vez el cielo desaparece
tras el velo de la lluvia
y el silencio azul de los espejos
se niega a revelar el secreto de los rostros,
otra vez el recuerdo del hermano muerto
es un fantasma acechando cada sueño
y la tarde un río cuyas aguas
fluyen hacia un mar extraño.